sábado, 17 de enero de 2009

Yo lo vi primero.


A vueltas con el tema de la imagen del que hablábamos en el post "La imagen total", esta vez por una razón diferente. La inmediatez de medios como Twitter están poniendo en jaque a los medios de comunicación convencionales.
Observen la foto de la izquierda. Se trata de una imagen tomada hace no mucho por Janis Krums y publicada en Twitter, quien estuvo en el momento correcto oportuno subido en el ferry que se acercó al avión accidentado en el Río Hudson (New York) para ayudar en el rescate de sus pasajeros y que publicó de forma inmediata usando Twitpic desde su iphone.
Es la foto de un acontecimiento que podría haber sido trágico y cuya representación del mismo no nos ha llegado a través de ninguna imagen capturada por el Washington Post o el Herald Tribune, ni por ninguna agencia de noticias que haya enviado precipitadamente al lugar del suceso algún reportero gráfico para cubrir la noticia. Literalmente se les han adelantado. Les han fastidiado la exclusiva. ¿Se dan cuenta de lo que encierra esta inocente imagen?
Piensen qué cosas de su alrededor más próximo o alejado pueden escapar del escrutador y omnisciente ojo mediático. La respuesta es nada. Porque se ha conseguido la retransmisión de lo que pasa en el mundo, de "todo" lo que pasa en él en tiempo real y a casi toda la población. Es un mera cuestión de velocidad de acceso a través de la imagen de lo ocurrido.
Sin embargo cuando el ciudadano de a pieCursiva cuenta con una tecnología que le permite conseguir esa imagen y sobre todo hacerla llegar a una red a la que tienen acceso inmediato millones de usuarios, todo cambia. Ya no hay un interés que preservar de una empresa determinada, no hay consignas, no hay línea editorial que valga. La imagen que se obtiene no responde a nada excepto al interés del propio individuo que está ahí para registrarla y enviarla a una multitud con sólo hacer un click (incluyendo a los redactores jefes de los principales periódicos y a los directores de la cadenas de referencia del mundo que tendrán que acudir a Twitter para poder contar la noticia, ya no como estos querrían contarla sino como otro, alguien anónimo, les ha hecho contarla). El avión no podrá ser amarillo, no podrán haber vícitmas mortales, ni habrá sido todo resultado de un fatal atentado terrorista. Tampoco podra el avión pertenecer a la British Airways porque la foto indica lo contrario.
¿Soy un ingenuo patológico por confiar en la la tecnología para recuperar la veracidad?

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