martes, 8 de enero de 2013

Bricolage emocional



 




Observo esta imagen de reconstrucción de una casa  gravemente dañada por el huracán Sandy, en Ortley Beach, Nueva Jersey, hace ahora menos de tres meses. Me resulta inevitable establecer de inmediato paralelismos entre ella y la situación en la que nos encontramos. 

Fíjense bien. El gran ciclón lo ha arrasado todo, dejando en pié sólo lo más sólido de la casa, de nosotros mismos; los cimientos, esto es nuestros valores, nuestra educación, nuestra  propia valía...poco más. ¿Quién se afana en las tareas de desescombro? ¿El cuerpo de bomberos? ¿Algún técnico de la administración encargado de peritar los daños del siniestro? No. Se trata de tres vecinos -uno de ellos más precavido con casco de obra- que se "ponen a ello" sin  más. Porque saben que lo que hay que arreglar es mucho, el tiempo poco (fuera sigue haciendo mucho frío y las ayudas para costear las noches de hotel hace tiempo que concluyeron) y el desafío no menor. Saben que si no lo hacen ellos , nadie lo hará. Toman las riendas de su destino con una escalera, unos guantes y espíritu de équipo (no hay que afinar mucho para entrever algún termo de café a los que uno de ellos va a invitar en breve al resto). Puede que los materiales que empleen en la ardua tarea que les espera por delante no sean los mejores, ni estén certificados por norma ISO alguna, pero tienen el sabor de la nueva época que ya está aquí... para quein sepa verla, claro: una época más austera, más auténtica, más sensible, más colaborativa,... en suma un poco mejor.

No hay comentarios: