miércoles, 12 de septiembre de 2012

CLINAMEN


"Clinamen" es una expresión ltina que significa "giro" o "cambio de rumbo". La emplea Lucrecio en su célebre y revolucionario obra "De rerum natura"  en la que construye una cosmovisión completa del mundo y de nuestra posición en él. Cosmovisión que, tras un largo y laberíntico recorrido, sería el auéntico fundamento filósico del Renacimiento. La realidad la conforman un flujo constante de átomos que a su vez nos constituyen íntimamente.

Girar, cambiar de rumbo, variar, modificar, alterar, diferir, tomar caminos diferentes, explorar rutas dinstintas de las trazadas o de las que solemos recorrer. Me pregunto si ambas expresiones -"Clinamen" y  "Lâcher prise"-  no son dos caras de la misma moneda. Y si sólo podemos llegar a la primera por medio de la segunda. Me pregunto si solo consigues alcanzar tu verdadera identidad una vez te abandonas completamente, te "dejas atrás", te "niegas a ti mismo", y entonces, sólo entonces, llegas a saber quién eres y por qué eres quién eres.

De algún modo los desvíos, las encrucijadas inesperadas, los cambios de sentido tienen la virtualidad de ponernos a prueba, despojándonos de lo accesorio y preservando lo importante, que justamente es la provisionalidad y el estar permamentemente de paso.

domingo, 2 de septiembre de 2012

Lâcher prise


 
Soltar, dejarlo correr, no aferrarse, desprenderse, desasirse, soltar lastre, abandonarse, hacerse más implícito, más sutil, ganar en agilidad, en presteza, en capacidad de reacción. Evitar aquello que nos lastra, que nos retiene, que se apodera de lo que somos sin apenas darnos cuenta, de nuestros sueños e intenciones, de nuestras sanas aspiraciones y de nuestras entregas. Potenciar lo menos en lo mas, y lo más en lo menos. Aligerar carga, tonificar, reducir lastre. Negarse como la mejor forma de autoafirmarse. Perder para ganar. Privarse para llegar a lo auténtico. No intervenir un solo segundo en quejarse ante la inmensa cantidad de oportunidades, regales y dones gratuitos que se nos ofrecen cada día. Tirar lo que no sirve, reciclar lo que sí, reutilizar lo que no le veíamos utilidad... antes, pero ahora... Reaprovechar. Viajar hacia dentro lo más ligero posbile. Descansar fuera en los ribazos que nos deja el cariño que por imperativo moral debemos a los demás. Percibir la grandeza incomensurable de la pequeñez, del gesto apenas perceptible que perdura por la eternidad, del soplo constante de vida regalada.
 
Lâcher prise es la mejor manera -la única de hecho- de reestablecer nuestra confianza en la vida. Por más que nos empecinemos en algo el cauce no se alterará. Déjalo correr, déjate mecer por el torrente dorado delm devenir que te lleva al lugar que te corresponde, el mejor de los posibles. Ya lo verás.
 
Toda una declaración de intenciones en esta primera entrada tras un largo silencio de este blog díscolo y gamberro.